
Un hotel verde en Buenos Aires: jardines verticales y arquitectura verde
En Palo Santo Hotel, nos enorgullecemos de ser el primer hotel verde urbano de Argentina. Nuestro compromiso ambiental se traduce visualmente en una arquitectura verde única. Más de 900 plantas cubren nuestras fachadas, balcones, azotea y patios, creando una estructura vegetal única que transforma nuestro edificio en un ecosistema vivo y que respira, un hotel verde en pleno Buenos Aires. Pero ¿por qué exactamente esta abundancia de plantas contribuye a nuestro programa verde?
Los jardines verticales regulan las temperaturas interiores
Las plantas ayudan a regular las temperaturas dentro del edificio, permitiéndonos así reducir significativamente el consumo de energía para calefacción y aire acondicionado.
La mayor humedad aportada por la vegetación enfría notablemente las paredes durante los meses de verano. Los jardines también proporcionan sombra natural, creando múltiples capas de protección térmica. Ambos efectos reducen considerablemente las temperaturas interiores durante los períodos más cálidos. En Buenos Aires, donde las temperaturas de verano a menudo superan los 32°C (90°F), esto se traduce directamente en ahorros sustanciales de energía y mayor comodidad para nuestros huéspedes.
Durante el invierno, las plantas también proporcionan aislamiento natural. Protegen el edificio de vientos fuertes y crean un microclima más agradable alrededor de la estructura. Este efecto de barrera natural ayuda a mantener temperaturas interiores más estables durante todo el año, reduciendo nuestra dependencia de sistemas artificiales de calefacción y refrigeración.


Las plantas absorben emisiones de dióxido de carbono
Cuando las plantas crecen, absorben volúmenes significativos de dióxido de carbono a través de la fotosíntesis, contribuyendo activamente a la mejora de la calidad del aire. Las estimaciones muestran que una planta pequeña a mediana como las que crecen en nuestras paredes captura aproximadamente 3 kilogramos de CO₂ por año. Con más de 900 plantas cubriendo Palo Santo Hotel, esto se traduce en 2.5 toneladas de absorción de dióxido de carbono anualmente, equivalente a las emisiones producidas por un automóvil que recorre aproximadamente 9,600 kilómetros.
Esta captura de carbono no solo ayuda a compensar la huella ambiental de nuestro hotel, sino que también contribuye a un aire más limpio en nuestro vecindario urbano, creando un impacto positivo que se extiende más allá de los límites de nuestra propiedad.
Vegetación y regulación del agua de lluvia
En ciudades grandes como Buenos Aires, la mayoría de las superficies están cubiertas con asfalto o construcciones de concreto. Hay pocos medios naturales de absorción de agua, por lo que el agua de lluvia fluye directamente al sistema de alcantarillado pluvial de la ciudad. Buenos Aires experimenta lluvias esporádicas pero muy intensas que regularmente saturan la infraestructura de drenaje pluvial, resultando en inundaciones temporales y dificultades de transporte en toda la ciudad.
Las plantas naturalmente retrasan la liberación del agua de lluvia al sistema de alcantarillado. El agua de lluvia es absorbida por el suelo y las raíces de las plantas, y solo el excedente se libera gradualmente con el tiempo. Esta retención natural de agua ayuda a reducir el flujo máximo durante eventos de lluvia intensa. Además de nuestra extensa cobertura de plantas, también utilizamos un tanque especializado de recolección de agua que sirve el mismo propósito de gestión de aguas pluviales, creando un sistema integral de gestión de agua.
Nuestro enfoque de infraestructura verde demuestra cómo los hoteles pueden desempeñar un papel activo en abordar los desafíos ambientales urbanos mientras mejoran la experiencia del huésped a través del diseño sostenible.
¿Te interesa aprender más sobre nuestro programa sostenible? Estaríamos encantados de responder cualquiera de tus preguntas: simplemente completa nuestro formulario de contacto y nuestro equipo de sustentabilidad responderá prontamente.